La vida de toda persona tiene un momento clave y que cambia la visión por completo. Sin duda y en palabras del talentoso periodista, productor de radio y televisión cubano Ismael Cala, el momento que jamás olvidará es su viaje a Canadá, un 7 de junio de 1998.
"Fue el momento más feliz de mi vida porque por muchos años quise conocer lo que había fuera de mi isla. Recuerdo cuando ese avión aterrizó en Toronto y yo vi el paisaje, sólo pude decir ¡wow!, es como una película. Yo había visto el mundo a través de postales y en televisión".
Otro momento también muy importante en lo personal, es cuando Cala fue por primera vez de vacaciones, un viaje que disfrutó por ser parte de su esfuerzo.
"Mi primer viaje de vacaciones en diciembre de 2002, cuando fui a España con mi dinero, con mis ahorros de trabajo en Canadá, jamás lo olvidaré, sólo podía pensar en que por primera vez pude pagarme un viaje de vacaciones con mi esfuerzo, sacrificio."
Cala escogió España vez porque piensa que en ese lugar, cuando se retire o semi retire le encantaría tener una residencia. De hecho, su bisabuelo llegó de España a Cuba.
En temas laborales, el presentador cubano mencionó cuáles habían sido las entrevistas que más ha disfrutado.
"Verónica Castro fue una gran exclusiva, porque ella llevaba dos años sin dar una entrevista así, sentada y a profundidad, y para mi representó una gran puerta de entrada a un país como México.
Entre otras y no menos importantes, está Celia Cruz, que propiamente duró cinco minutos y Cala los disfrutó como si hubieran sido horas. Susana Jiménez, la gran diva de la televisión Argentina, la diseñadora Carolina Herrera y Yuri, que dio una gran plática porque habló sin límite alguno sobre su vida personal. Fue de tenerlo todo a no tener nada.
Ismael piensa que la gente llega a su programa sin prejuicio alguno gracias a que sabe que "conmigo no hay juicio, y sienten que yo lo que trato de hacer es compartir la historia desde la bondad y no del amarillismo y es muy complicado como remover sentimientos en las personas . El programa ha logrado un nivel de confianza porque siempre busco la experiencia humana".
Entre las personalidades, aunque de perfiles distintos, Cala quisiera entrevistar a "Chespirito", porque es un ícono de toda hispanoamerica y dentro de la historia de ese ser humano deben haber tantas anécdotas, tantas cosas que a lo mejor todavía no han sido reveladas".
Además, tocó un importante tema al mencionar que le gustan retos y personajes políticos, por eso no descarta la posibilidad de hablar con Enrique Peña Nieto "para hacerle una de esas entrevistas que me gusta hacer del lado humano detrás del líder o la figura que ha sido entrenada para llegar a ser presidente de México. Detrás de ese hombre entrenado hay un ser humano, entonces mi propósito sería hablar con ese ser humano que ya está a la defensiva".
Sin desanimarse y siempre con la mejor actitud, Cala asegura que es "difícil una entrevista con figuras así, que cuidan cada milímetro de expresión y palabras para quedar bien y decir lo conveniente y políticamente correcto en el momento oportuno".
Como gran periodista, Ismale también ha tenido momentos muy chistosos y que podrían parecer hasta vergonzosos, y él mismo cuenta que uno de ellos fue una confusión con un candidato presidencial al cual le cambió el apellido.
"Tuve que aguantarme la risa ante el candidato presidencial guatemalteco que se llama Alejandro Yamatei, le dije `Alejandro Yamamei´ y el me señaló el error, me dijo que estaba arruinando su campaña, porque en Guatemala echar un mamey es tener sexo oral. Obvio cuando regresé en vivo aclaré todo y el comenzó a reírse y el twitter se caía, la gente no podía creer que yo hubiera dicho lo que dije y que lo repetí ".
Entre más risas, podemos darnos cuenta que Cala ha llorado, reído y posiblemente también se ha enojado, pero siempre disfruta y mantiene su lado más humano, consigue la empatía con la gente y eso es uno los pilares del éxito de su programa, pues a las personas que entrevista las conoce tan solo cinco minutos antes y el verdadero secreto está en crear una conexión con ellos.
Un poco más serio, el periodista confiesa que al no ser él quien entreviste, puede estar más expuesto a las intenciones del entrevistador ya que hay quiénes tienen algo prefabricado. Le teme a la gente que no va con el poder de escuchar sino con el poder de manipular.