Loret de Mola nos lleva de la mano por el Distrito Federal de una manera particular: no por los sitios turísticos clásicos, sino por los lugares desconocidos en donde se definió la vida nacional.
"La gran ciudad: la de los rascacielos, la de la noche interminable, la de los conciertos únicos, la de vanguardia, la de las marcas mundiales. Esa gran ciudad que también se reconoce por las filas interminables, el tráfico, el atasque, el ambulantaje, los baches, los asaltos, los sismos, las manifestaciones, los políticos."