Daft Punk, el dúo de música electrónica, se erigió como el gran triunfador en la ceremonia de entrega de los premios Grammy que tuvo lugar anoche en Los Ángeles, ya que ambos subieron al escenario -enfundados en sus robóticos trajes- para recoger los tres galardones más importantes de la noche: Mejor Álbum y Grabación del Año por el disco "Random Access Memories" y Mejor Interpretación Pop Grupal por la icónica "Get Lucky".
Dicho tema fue considerado el año pasado, por los cibernautas como la canción del año, así que no fue una sorpresa que el dúo fuera el protagonista de la famosa premiación.
Aunque sus originales indumentarias impidieron a Thomas Bangalter y a Guy-Manuel de Homem Christo agradecer con palabras sus reconocimientos, el hecho de que el productor Pharrell Williams y Nile Rodgers los acompañaron en el estrado, hizo que el momento no pasara desapercibido para nadie.
"Me imagino que este par de robots querrán agradecer a todo el mundo que se ha involucrado en la elaboración de la canción "Get Lucky". La verdad es que toda Francia debe de estar ahora mismo muy orgullosa de ellos", aseguró Pharrell, en su papel de improvisado portavoz.
Otros grandes protagonistas de la noche fueron la joven Lorde, quien con sólo 17 años se vio coronada como la artista con la Canción del Año, "Royals", y el dúo formado por el rapero Macklemore y el productor Ryan Lewis, que se hicieron con tres gramófonos dorados en la categoría de rap, además de la estatuilla al Mejor Nuevo Artista del Año.
La edición 56 de los Grammy tuvo lugar, un año más, en el Staples Center de Los Ángeles y contó con numerosas actuaciones protagonizadas por estrellas tan diversas como la joven Taylor Swift, Robin Thicke, Beyoncé -junto a su marido Jay Z-, Paul McCartney y Ringo Starr.
Los dos antiguos miembros de The Beatles subieron al escenario para recoger el reconocimiento a toda su trayectoria y, de paso, ofrecieron una inolvidable interpretación de "Queenie Eye", el último sencillo de McCartney.