La película Gravity del cieneasta mexicano Alfonso Cuarón abrió uno de los festivales de cine más esperados --con fuertes aplausos-- la 70 Mostra de Cine de Venecia tuvo una triunfal inauguración, para la que Cuarón estuvo acompañado de la pareja protagonista, George Clooney y Sandra Bullock.
Sandra Bullock, de 49 años, se engalanó en un vestido strapless en rojo de J Mendel, y Clooney, de 52, un elegante smoking.
Gravity narra una historia de dos astronautas, Sandra y George, que tras la explosión de la estación donde trabajaban se quedan en el espacio. La película desencadena mucha tensión por la necesidad de supervivencia, superación y aceptación, y además marca el regreso de Cuarón a la dirección de ficción despuñes de siete años después que filmó Children of Men.
Fue escrita por Cuarón y su hijo Jonás partiendo de una premisa: las adversidades a las que se tienen que enfrentar cada persona en un día de su vida pero situando la acción en el ambiente más hostil que se les ocurrió, el espacio.
"Es un largo viaje en el que los protagonistas tienen que enfrentarse a muchos obstáculos y problemas", explicó ayer Cuarón en la rueda de prensa.
"Lo que nos define es cómo estamos tras superar esas adversidades, cómo nos sentimos", resaltó el realizador, que confió plenamente en los actores para definir una historia cuyo peso cae totalmente en ellos.
En ésta, nuevamente brilla la fotografía de Emmanuel Lubezki y una puesta en escena en la que se ha cuidado hasta el último detalle los movimientos de los personajes en ausencia de gravedad.
Pero además, en la película se tomaron muchas libertades. "Esto es una ficción, no un documental", afirmó Cuarón de un filme que se aleja mucho de la realidad de la vida de los astronautas para dotar a la historia de la tensión y acción que la hacen avanzar.
En cuanto a la preparación de Sandra Bullock para el papel, la actriz tuvo que hablar con astronautas que le ayudaron mucho.
"Les hacía preguntas extrañas, especialmente sobre el comportamiento del cuerpo en el espacio y me ayudaron muchísimo", dijo la actriz, quien resaltó que las personas que trabajan en este área tan especializada "tienen una enorme pasión y amor por este planeta y esa es la razón de que estén allí arriba".
"Son gente normal que hace cosas extraordinarias", agregó.
Pero además de la preparación física, la actriz también quiso dotar a su personaje de un aspecto muy preciso, que demostrara externamente su sufrimiento.
No mostrar a una mujer andrógina -lleva el pelo muy corto y muestra un cuerpo bastante trabajado-, sino el de alguien que ha sufrido tanto que eso se nota en el exterior, sin ningún raso femenino.
"Un cuerpo que recuerda a una máquina, a un robot". Por su parte, Clooney consideró que lo más difícil no fue trabajar casi en aislamiento -"tenía continuamente a 500 personas alrededor", bromeó-.