Cressida Bonas, la novia del príncipe Enrique, ha tenido dificultades para encajar en la familia real británica. No solo se le atribuye a los últimos escándalos que la modelo ha desatado en los últimos días, debido a unas fotografías en las que aparece bebiendo, besando a su amiga y tocando el torso de un hombre, lo que tiene poco contentos a la familia real.
Catalina de Cambridge y Cressida Bonas viven en un eterno roce por un trago amargo del pasado, que en realidad, todo indica que se trata de un pleito de hermanas por amores contrariados.
De acuerdo con los medios británicos, antes de que Catalina y Guillermo se hicieran novios (se conocieron en 2001), la hermana de Cressida, la actriz Isabella Calthrope, tuvo un romance con el actual duque de Cambridge.
A pesar de que la prensa inglesa sostenga que únicamente se trató de un romance efímero, es "natural", que a Catalina de Cambridge le incomode la presencia de Isabella, y por consiguiente, la de Cressida.
Actualmente, Isabella está casada con el millonario, Sam Branson.
La manzana de la discordia
Una guerra de hermanas, envuelta en episodios de celos, se desató con la cereza del pastel: Pippa Midleton.
Los medios británicos señalan que el príncipe Enrique y la hermana menor de Catalina han mantenido una relación de coqueteo, aunque nunca ha pasado algo entre ellos. Lo cual se ha vuelto un motivo de celos por parte de la socialité y bailarina, quien incluso ha impedido que Enrique de Inglaterra hable con Pippa.
La casa real británica no le tiene la estima más grande a Cressida. Sin embargo, audazmente tiene a un par de aliadas en la realeza: las princesas Eugenia y Beatriz, hijas de Sarah Ferguson.
Isabella Calthrope y Cressida Bonas son medias hermanas. Cressida, de 23 años, es la única hija del tercer matrimonio de su madre Lady Mary Gaye Curzon con el empresario Jeffrey Bonas, de quien se divorció en 1994.
Bonas es la menor de cinco hijos que tuvo Lady Mary Gaye Curzon, entre ellos Isabella.