Si el Máximo Bistrot hubiera desaparecido, un huequito hubiera quedado en nuestros corazones y la calle de Tonalá en la colonia Roma no sería la misma.
El encanto del aclamado restaurante del chef mexicano Eduardo García y su esposa Gabriela López recae en la estupenda calidad de los platillos-- muy bien ejecutados, sin la necesidad de ser rebuscados.
Nos parece "razonable" pagar, aproximadamente $400 por persona, cuando la recompensa es que este bistró defeño no le pide nada a los europeos.
Además, la fusión del sabor francés con ingredientes mexicanos resulta una propuesta equilibrada.
Para quien no lo conoce, se trata de un acogedor local para disfrutar de una cena romántica, una ida entre semana con amigos o los fines con la familia (te encuentras "de todo").
La luz tenue y sus mesitas al aire libre, tan pegadas una de la otra, plasman un atmósfera íntima que te hace sentir como en casa, con el valor agregado de ser atendido exquisitamente.
El menú --a cargo del chef García, discípulo de Enrique Olvera del Pujol-- cambia todos los días y los productos orgánicos y de temporada protagonizan.
La mano repostera también se lleva las plamas, aquí la responsable es su co-propietaria Gaby, quien estuvo en el Four Seasons y Hotel Habita; su crème brûlée con vainilla de verdad y frutas fresquísimas, es de lo mejor en el mundo (sin enaltecer).
Es un pecado si te brincas la mantequilla que te dan al inicio con el pan, elaborada con queso de oveja y ceniza de berenjena. Todo un manjar.
¿Por qué cerró?
El restaurante no fue clausurado, sino que se trató de una suspensión, y cerró sus puertas por decisión propia de los jóvenes propietarios, Gabriela López y Eduardo García, de acuerdo con un comunicado de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
El jueves 2 de mayo, la dependencia retiró los sellos de suspensión colocados en el Máximo Bistrot, luego de que el restaurante cumpliera con las observaciones que se le hicieron, señaló el comunicado.
Todo comenzó el pasado 26 de abril, cuando la hija del titular de la Profeco, Humberto Benítez, acudió al restaurante, amenazó con cerrarlo y pidió la inspección del local porque no le asignaron la mesa que deseaba.
Dos días después, al local se le impusieron sellos de suspensión por fallas en dos rubros: su sistema de reservación y la venta de bebidas alcohólicas por botella sin exhibir en su carta-menú el contenido neto al que corresponden.
Este caso se dio a conocer en las redes sociales como #LadyProfeco.
Dónde: Tonalá 133 esq. Zacatecas, Roma.
Tel: 5264 4291.
Menu degustación: aproximadamente $600 por persona.