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Lance Armstrong: de héroe a villano

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Hasta hace poco tiempo los más ardientes detractores de Lance Armstrong aseguraban que de no ser por la ayuda de sustancias como la testosterona y la eritropoyetina, el ciclista jamás hubiese podido ganar siete veces seguidas la Tour de France.

"Es humanamente imposible que en condiciones normales algún atleta pueda lograr algo así", escribió Paul Kimmage en el Sunday Times. Tal vez ese periodista no se haya enterado de que sin la ayuda de sustancias ilegales, el icono del boxeo Muhammad Ali ganó 56 peleas y 37 de ellas por knockout; Baby Ruth bateó un total de 714 homeruns con los que ayudó a los New York Yankees a ganar siete pennants y cuatro series mundiales; Michael Jordan ganó 706 partidos de la NBA; el jockey Willie Shoemaker logró 8 mil 833 primeros lugares, incluyendo 11 victorias de la Triple Corona; y el tenista Roger Federer, aún activo, ha ganado 17 títulos de Grand Slam.

THE MAKING OF

La historia de Lance Armstrong se remonta a los primeros años de su infancia, cuando fue reconocido como un niño prodigio de la natación. A los once años obtuvo su primera medalla dorada en el Iron Kids Triathlon, y en la adolescencia cosechó doce triunfos en triatlón, incluyendo el Texas State Championship y el Challenge of Champions.

A los 15 ganó 40 mil dólares y a los 16 se hizo profesional. A los 19 ganó numerosas rutas ciclistas como la Subaru Montgomery o el Gastown Grand Prix, y a los 20 años ya tenía un salón destinado especialmente para coleccionar sus trofeos y medallas de oro.

Su programa de entrenamiento se basaba en una disciplina metódica e inflexible que incluía ejercicios espartanos de elasticidad, potencia y musculación en el gimnasio, y al menos cuatro horas rodando sobre la bicicleta, con el propósito cotidiano de mantener su rendimiento por encima de las marcas vigentes de los principales competidores del planeta.

Y fue así como a los 25 años alcanzó el puesto número uno en el ranking, consolidándose como el mejor ciclista del mundo. En este punto Lance compitió en la Tour de France, la prestigiosa competencia que consiste en recorrer 3,600 kilómetros de ciudades, poblados, bosques y montañas como los Alpes suizos, que equivalen al trayecto entre la ciudad de México y Boston, Massachusetts.

Todo iba marchando sobre ruedas, hasta que, en la séptima etapa, dolores insoportables lo obligaron a desertar para dirigirse de emergencia al hospital.

La tragedia irrumpió en su vida en forma de cáncer testicular, que detectado de manera tardía, había provocado ya la invasión de pulmones y cerebro por tumefacciones malignas. Médicamente, su caso fue diagnosticado como terminal.

Físicamente devastado se sometió a la quimioterapia y a operaciones que incluyeron la extracción del testículo afectado y tumores del cerebro y abdomen.

El 13 de diciembre de 1996 fue sometido al último tratamiento, y 30 días después se le dio de alta. El solo hecho de haber logrado sobrevivir era prácticamente un milagro.

No obstante, tras un año de convalecencia, encontrándose aún en estado físico deplorable, decidió regresar a las pistas de ciclismo.

ENTRE EL SUDOR Y LA SANGRE

Habiendo realizado grandes sacrificios para recuperar la condición física, dos años después se comprometió en un programa serio de entrenamiento. Sin embargo, como era de esperarse, nada le resultó fácil: el fracaso definió los resultados de sus primeras competencias, ocasionando que la prensa especializada lo diera por muerto.

"Estoy aprendiendo a vivir de nuevo," explicó sensatamente el deportista de 1.77 m. "Aún no estoy listo para llevar una vida normal, y mucho menos para competir".

Como darse por vencido no figuraba entre sus planes, en un nuevo intento para recuperar el control, pasó diez días en los bosques de Boone California, sin presiones o compromisos. No había nada más ahí, solo él con su bicicleta recorriendo la naturaleza debajo del cielo, encima del mundo.

Ese retiro fue su punto de inflexión. Como regresando del fondo de un derrumbadero, sus fuerzas físicas y espíritu se alinearon con su corazón. Más determinado que nunca y acompañado por su iPod con música de Jeff Buckley, The Cardigans, Iron & Wine y The Rolling Stones, de golpe y porrazo regresó a sus horarios militares y rutinas agotadoras.

LANCE ARMSTRONG SE CONVIERTE EN LANCEARMSTRONG

Su resurgimiento fue notable: aparte de ganar medallas de oro en competencias como la Sprint 56k Criterium, la Vuelta a España, el Campeonato del Mundo, la Tour de Luxembourg y la Cascade Cycling Classic, se casó con Kristin Richard, con quien procreó tres de sus cinco hijos.

El dueño de una bomba cardiaca privilegiada, espíritu indómito y una estructura corporal construida a base de músculos y nervios capaces de producir tracción increíble, el 25 de julio de 1999 ganó el primero de siete títulos consecutivos de la Tour de France, convirtiéndose en el primer ciclista en generar legiones de fanáticos, comparables a las de los astros del futbol, basquetbol, béisbol o tenis. Su libro It?s Not About the Bike, acerca de su regreso tras vencer el cáncer, se convirtió en best-seller.

Pero como no hay paraíso sin tormenta, algunos ciclistas frustrados (como Greg LeMond) y periodistas decididos a empañar su enorme éxito promovieron campañas de desprestigio en su contra, argumentando que sus triunfos se debían principalmente al dopaje. Semanas antes de que ganara su sexto título, David Walsh publicó el libro L.A. Confidential: Lance Armstrong?s Secrets, que se convirtió en best-seller.

Entretanto, el ciclista inició la campaña LiveStrong para promover un estilo de vida saludable y ayudar a víctimas del cáncer. En un fuego cruzado, sus defensores alegaban la incongruencia de acusar a un deportista dedicado a ayudar a los demás y promover la vida saludable.

Al ganar la Vuelta de Francia por séptima ocasión, su discurso fue dedicado a rivales envidiosos y periodistas difamadores: "Todos los cínicos, los escépticos y los que no pueden creer en los milagros, lo siento mucho por ustedes. Yo estoy aquí y éste es un milagro, pero los milagros sólo se ganan con trabajo".

Indignado por la persistencia de las acusaciones que lo mantenían en el ojo del huracán, Armstrong se autodefinió como "el deportista del mundo al que le han practicado el mayor número de pruebas antidoping", explicando que, de ser culpable, las pruebas científicas así lo hubieran manifestado.

Simplemente entre octubre de 2008 y marzo de 2009 fue sometido a 24 análisis, resultando todos ellos negativos. Asimismo expuso: "Más allá de los análisis, soy un competidor que vuelve a la vida tras algo similar a una sentencia de muerte. ¿Por qué habría de participar en un deporte para doparme y perjudicarme de esa manera? Es una estupidez. ¡Jamás lo haría!".

EL ESCÁNDALO

A mediados de junio de 2012, la U.S. Anti-Doping Agency (USADA) presentó cargos contra Lance Armstrong por el uso de sustancias dopantes.

El deportista declaró que se iría hasta las últimas consecuencias porque se trataba de defender su reputación y la de su familia, e inmediatamente demandó a la USADA, pero un juez federal denegó el reclamo.

Ante las circunstancias, Lance dijo sentirse cansado y optó por no seguir defendiéndose. Días después la autoridad vetó al atleta, lo despojó de sus siete títulos de la Tour de France, eliminó de los archivos oficiales todos sus logros desde 1998 y asentó que Armstrong perpetró "el programa de dopaje más profesional, sofisticado y exitoso jamás visto en la historia del deporte".

LANCE SE CONFIESA CON OPRAH

El 14 de enero Armstrong desconcertó al mundo entero al declararse culpable de haber practicado el dopaje para ganar siete veces la Tour de France, acusación que negó vehementemente durante años.

"Me siento infame y humillado", le dijo a la presentadora durante su entrevista más mediática, desde que en 1993 ella misma entrevistara a Michael Jackson en medio de las tumultuosas acusaciones de pederastia. Al armar el rompecabezas nos faltan unas piezas y sobran otras, nada convence completamente. Intentando despejar algunas de las incógnitas relacionadas con la atípica confesión, algunos especialistas han dado su opinión:

Blanca Cobb, una psicóloga experta en expresión corporal, le aseguró al USA Today que durante la entrevista con Oprah, las palabras y actitudes con las que el ciclista confesó haber perpetrado el fraude más grande de la historia del deporte, de ninguna manera coincidían con el lenguaje de su cuerpo: "En esos momentos -explicó- Lance adoptaba la `figura corporal número 4´ que consiste en el cruce de piernas con el tobillo sobre el muslo contrario y manos hacia el frente o apoyadas en la pantorrilla; postura que denota aplomo, autoconfianza, dominio y arrogancia".

En otras palabras, el que debió haber sido el momento más vergonzoso de su vida porque lo convertiría en un personaje oficialmente infame ante el planeta entero, fue un momento de conversación serena y sin apremio.

La doctora Patti Wood, otra experta, opina que la expresión física del deportista manifestaba orgullo, complacencia y victoria. "Conté 32 actitudes mímicas que demostraban que, a pesar de estar aparentemente confesándose ante millones de personas, en realidad estaba reservándose la verdad".

Agregó que a la hora de responder, Armstrong tartamudeaba y su discurso carecía de fluidez, lo que mostró que estaba conteniendo información, o mintiendo. "Mientras Oprah describía la habilidad con la que él hizo lo que hizo ?señaló?, una sonrisa misteriosa y de suficiencia se dibujaba en su cara, manifestando sentirse secretamente orgulloso, y de ninguna manera acongojado de lo que le estaba sucediendo".

En este momento no hay manera de salir de la hipótesis y la especulación, pero sabemos que Armstrong realizó su confesión con tranquilidad, gracia y estilo que no coinciden con sentimientos de culpabilidad, vergüenza o arrepentimiento. Si lo que todos atestiguamos ese día es cierto, ya el tiempo se encargará de ponerlo en el sitio que le corresponde a los que tienen el valor de reconocer sus errores, aunque más que como "el rey del ciclismo", será recordado como el rey del cinismo.

Todo esto coincide con el anuncio de Paramount Pictures sobre la próxima filmación de la película, ni más ni menos que sobre el famoso, controvertido y enigmático ciclista. "Lance puede volver a convertirse en un héroe", declaró Oprah en medio de la turbulencia, añadiendo bruma al ya de por sí nublado panorama de este caso.

EXTRACTO DE SU ENTREVISTA CON OPRAH

TODA UNA CELEBRIDAD

Armstrong es dueño de un rancho en Texas y dos casas; una en Austin y otra en Aspen. Independientemente de posibles errores y horrores, este asunto ha potenciado su popularidad. Televisoras a nivel mundial le han concedido al tema cantidades estratosféricas de horas, y la prensa, toneladas de tinta. Además, el número de sus seguidores de Twitter aumentó a cuatro millones. A raíz de que sus siete títulos mayores fueran anulados, eliminó del perfil de su cuenta @lancearmstrong la mención que hacía de los mismos, y en cambio subió una foto en la que aparece en la bici con uno de sus hijos, y anotó una síntesis de su vida y una reflexión sobre la virtud que lo ha mantenido a flote: "Criando a mis 5 hijos. Combatiendo el cáncer. Nado, ando en bici, corro y juego golf cuando puedo. Conocí la paciencia en 1996, pero hasta ahora estoy aprendiendo a conocerla y apreciarla".


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